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16 junio 2008

Llegan las campanas

Los vecinos de Peñíscola acogieron la llegada de las campanas provinentes del taller de restauración con el fervor y devoción que profesan a su Patrona, la Mare de Déu d'Ermitana.
Unidos por la tradición y el respeto, acogieron los ocho bronces en señal de gratitud en un acto solemne y entrañable en que los más mayores recordaban el uso comunitario privilegiado del repicar de las mismas. Las llamadas a duelo, deber o fiesta eran parte de su cometido que, a través de los años, ha perdurado en la simbología y en la idiosincrasia de un colectivo unido por lo que aconteció.
María, Caterina, Campana dels Quarts y la Campana de les Hores llegaron a la Plaza de Armas del Castillo de Peñíscola espléndidas y llenas de voz, integrando el campanario de la Parroquia de Santa María.
María i La Gran, históricas del ermitorio, llegaron acompañadas de sus complementarias, nuevas, que vendrían a completar el campanario de cuatro: María y Laus Deo.
Todas ellas, acogidas por la comunidad de fieles y no fieles, por devoción a la tradición, en un acontecimiento único: el encuentro de todas en la plaza ante su bendición y su toque inaugural.
Mossen Manel ofició la bendición agradeciendo la colaboración desinteresada de dos familias que habían hecho posible la inclusión de las dos campanas faltantes, y reiterando la ayuda del Ayuntamiento del municipio en la financiación del coste de reparación y restauración.
Tras la bendición y frente a todos los presentes, el concierto.
El Grupo de Campaneros de la Catadral de Valencia hicieron sonar las ocho campanas en diálogo. Un diálogo sereno, único y cercano. Emoción y devoción, tarde de lágrimas y recuerdo. Volver al listado de noticias » »
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